Primero tienes que protegerte con mascarilla y guantes. Hay que limpiar con una dilución 1:100 de agua con lejía (1 parte de lejía y 99 de agua) todas las superficies que ha podido tocar el enfermo o sus secreciones. Este preparado debe mezclarse el mismo día que se va a utilizar.
No olvides ventilar la habitación.
Cuando acabes la desinfección, lava tu ropa y dúchate con agua caliente.